Generalmente, este tratamiento se realiza en menores con edades comprendidas entre 6-11 años.
Durante la infancia los huesos aún se encuentran en crecimiento, por lo que se puede actuar sobre ellos; aún se están formando y son por ello “moldeables”.
El objetivo de la ortodoncia interceptiva y ortopedia es guiar el crecimiento y/o corregir el desarrollo de las estructuras óseas, es decir, de los huesos maxilar y mandíbula. En otras palabras, trata de controlar y equilibrar tanto la posición como el tamaño de los huesos que conforman nuestra cavidad oral, guiando el crecimiento de dichos huesos en el sentido apropiado. Por ejemplo, estimulando el crecimiento del maxilar superior o mandíbula para que pueda coordinarse correctamente con la arcada contraria al morder y masticar.
Entre las principales ventajas que ofrece este tratamiento:
- Posibilidad de crear espacio para todos los dientes.
- Disminuye la probabilidad de extracciones en el futuro
- Posibilidad de corregir hábitos que pueden llevar a maloclusiones severas
- Disminución drástica de tratamientos agresivos en pacientes adolescentes y adultos, pues corregimos mediante tratamientos sencillos problemas graves que en adolescentes supondrían tratamientos muy complejos.
- Actúa sobre los huesos de la cara
- Posibilidad de mejorar el crecimiento facial, consiguiendo una mejor armonía y estética facial
En definitiva, el beneficio principal es que evita complicaciones y anomalías en el futuro, cuando la persona ya es adulta y sus huesos maxilares se han desarrollado por completo. Si esto ocurre, únicamente es posible solucionar la maloclusión mediante ortodoncia correctiva o, incluso cirugía ortognática en los casos más graves.